MODA NUPCIAL, ¿CRISIS DE IDENTIDAD?
Unos días atrás, en una conversación con una de las jóvenes diseñadoras de moda nupcial a la que admiro, Katarina Grey, reflotaba un tema que es un hecho en estos últimos años: el plagio y la falta de creatividad de parte de la industria de moda nupcial.
Hace años que mi profesión me hace rodear día a día de tules, gasas, crepés, organzas y rasos siempre con el blanco como protagonista. La moda nupcial me gusta y mucho, y siempre he orientado mis energías para que tanto la industria como el consumidor la entienda como una extensión más del universo fashion donde el sello personal es de gran importancia para diferenciarse del resto.
En estos últimos años hemos experiemntado un auge de jóvenes diseñadores y ateliers que crean sus propias colecciones, más ligadas al slow fashion y a crear piezas únicas para cada novia. En realidad esto es una tendencia que se ha generalizado en varias profesiones ligadas al mundo nupcial, porque las bodas en los últimos 5 años han experiemntado toda una revolución.
Y con esta revolución, los estilos y patrones se han multiplicado, dejando la puerta abierta a infinidad de referencias. El fácil acceso a la información y a referencias visuales a través de las redes sociales hacen que la línea entre inspiración y plagio sea extremadamente fina. La competencia es la jungla más salvaje que ha visto la historia y la moral y el respeto hacia el trabajo de los demás parece que se cuestionan. En un sector en el que algunos tratan de desmarcarse a través de un estilo propio y original para encontrar su perfil de novia ideal a la que ayudar a deslumbrar el día de su boda y entienden esta profesión como un valioso trabajo lleno de poesía, parece que otros lo ven como un mero negocio donde la creatividad y el sello personal no tienen ninguna importancia.
Lo que me alegra es que cada vez más, el consumidor busca la autenticidad y el diseño respetuoso y consciente. Así que el plagio o la crisis de identidad quiero tener la esperanza de que van a tener las piernas muy cortas con fecha de caducidad. Ahora es el momento de que el tiempo haga su trabajo con la selección natural y se queden los que de verdad lo saben hacier bien y se han labrado una trayectoria con una identidad propia. Y como le dije a Katarina en esa coversación: quien sabe, crea; quien no, plagia.